diumenge

félix de azúa

la lectura personal es un ácido que ataca los sólidos de la autoridad, al tiempo que vitaliza las pasiones, las emociones, las especulaciones filosóficas, la imaginación científica. la sutil materia del lenguaje corroe los artilugios totémicos y al disolverlos fluyen vapores que incitan a la aventura, a la investigación, a la exploración del mundo.